sábado, 10 de mayo de 2008

ENTRE LA EVALUACIÓN Y LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES.

¿Cuántas veces has reprendido a un alumno porque desaprobó tu examen?
¿Te has puesto a pensar si él o ella tienen habilidades para tu curso o área? ¿Te imaginas que pasaría si a tu alumn@ dejas de enseñarle una materia?
¿Has felicitado a tu hij@ por obtener altas calificaciones en un curso y reprendido por sacar bajas notas en otras materias? ¿En tu colegio, los curso de Arte y Música sirven para completar las horas de algunos de tus colegas?
Recuerda que tenemos ocho inteligencias, la emocional, de relación con los demás, lingüístico-verbal, lógico-matemática, visual-espacial, musical, corporal y naturista, y están localizadas en diferentes partes del cerebro. Eso permite que hayamos creado una serie de actividades basadas en las diferentes inteligencias para que el alumno sea capaz de comprender cualquier cosa que le expliquemos.
La escuela tradicional hasta ahora sólo ha trabajado dos, la lógico-matemática y la lingüístico-verbal. Sin embargo, desde hace algunos años ya se camina hacia un sistema más adecuado, de aprendizaje de competencias.
No debes desdeñar a ninguna de las inteligencias pues ellas contribuyen al logro escolar integral. Por ejemplo, las inteligencias emocionales te ayudan a conocerte, a sacar partido de ti mismo, a saber empezar otra vez cuando fracasas. Te educan desde el fracaso, a encajar situaciones, a la resolución de problemas.
¿si suspendes el curso de matemática, el niño será inteligente, dejará de serlo?. Adivina porque muchos niños fracasan en la escuela y de mayores tienen un gran éxito profesional. Justamente porque tenemos el grosero concepto que las matemáticas y la comunicación son lo único que los puede hacer inteligentes; luego, medimos sus progresos en función a estas dos únicas áreas.
-¿Y los exámenes?
Recuerdas al mono, al loro y al pez. Con una prueba, de seguro que favoreces la inteligencia de uno pero bloqueas la de los restantes; en cambio si damos al alumno muchas posibilidades de examen tendrá mayores posibilidades de mostrar sus aprendizajes logrados. Pueden elegir hacer una redacción, un test, un examen entre varios, una exposición con 'power point', un vídeo, una dramatización, con libro abierto o completar las viñetas de un cómic. Así, podrás evaluarlos de manera más efectiva y real.
Como profesor, debes tener la suficiente agilidad para descubrir las fortalezas del niño. El maestro tiene que ser consciente de que, por ejemplo, cuando plantea la clase para una inteligencia lingüística, con muchos niños no sirve. Por eso, hay que organizar la clase para que estén en armonía todas las inteligencias.
Hoy, las pruebas no solo deben tener niveles y grados de dificultad; sino, además, se deben diseñar para distintos tipos de inteligencias. Para ello, el maestro deberá diseñar las con el debido tiempo y en función al diagnóstico de su área, de tal forma que el veinte de un alumno que es diestro en su materia no sea el medidor del resto; sino que, cada alumno tenga indicadores de evaluación en función a sus inteligencias. De no hacerlo así, caeremos en el error del profesor que enseñó a nadar al mono, al loro y al pez y solo aprobó a uno de ellos considerando que los demás no sabían ¿tú haces eso?
Hasta la próxima semana.

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